La Historia de Siete Cuencos Tibetanos y dos didgeridoos...

Uno de los días en Capilla del Monte fuimos a escuchar una agrupación de cuencos; para ser más específica: siete cuencos -por los siete chakras-. Completando el grupo dos didgeridoos muy bien tocados con la respiración circular y todo...El espacio era muy místico también: nos encontrabamos a metros de la pirámide en la que entra el sol y marca la carta natal de cada uno, a metros del dique y de muchas piedras gigantes y milenarias que, en verdad, seas buda, o un anarquista hecho de madera, te conmueven de alguna manera... porque en ese lugar, HAY ALGO.
He aquí la historia que una amiga me conto que una amiga me conto que..... bla bla....fuimos nosotros:
El grupo era excelente...sin embargo estamos ya en la lista negra de espectadores NO ADMITIDOS.
Cierra los ojos.
Imagina:
un día de sol, viento de este a oeste, fresco...
Los músicos sagrados estaban en un círculo natural un tanto mas elevados que los espectadores, q también nos ubicamos de manera circular pero por fuera del círculo de intérpretes de cuencos y deidgeridoos...
Tras una breve introducción de uno de sus miembros, comenzaron los sonidos. Nosotros, ya sabiendo que cada cuenco representaba un chakra debíamos cerrar los ojos, si así lo queríamos, e ir sintiendo cada cuenco en cada chakra...
Nosotros. Ge y yo, nos sentimos muy cómodos con la idea: nos recostamos, respiramos y cerramos los ojos...
Lo que pasó entonces es raro...yo perdí la noción del tiempo y me dejé llevar por los sonidos...
realmente se sienten en el cuerpo...vibran...
No sé en que momento me dormí y no sé tampoco por cuánto tiempo lo hice... pero me incorporé al ratito sentándome para prestar atención a los intérpretes. Me costó horrores mantener los ojos abiertos, sucede que esos sonidos hipnóticos me llevaban a recostarme nuevamente....
hasta que... en un momento un sonido particular me llamó la atención... mire a un lado y al otro...
no era el didgeridoo uno, ni el dos, ni los cuencos-chakras.... busque la mirada cómplice del Gé, para preguntarle de donde venía ese sonido pero eso era imposible ya que EL SONIDO PARALELO ERA PROPIAMENTE Gé.. profundamente dormido...
Despertarlo era una crueldad inmensa... se veía relajado...placentera y profundamente dormido... opté entnonces por acariciarlo suavemente en la cara a ver si mi dulce contacto hacía que dejara de roncar... pero no. No paraba... se intensificaba...
Me volví a recostar a su par y esta vez lo acaricie mas fuerte y en el pecho... y nada.
Roncaba muy fuerte y algunas personas ya empezaban a buscar al autor de la música paralela...
La situación no mejoró, le cerré la boca, como quien acaricia a su amor y la abrió resoplando fuertemente inflando los cachetes... sí, como cuando le hincho las p....algo así...
Al didgeridoo masculino se le ocurrió salir a dar una gira con su instrumento... pasando por toda la ronda de espectadores... cuando llegó a tocarnos el didgeridoo a nosotros dos, yo desesperada agarré la cara del Gé atrayendola hacia mí y poniendo mi mejor cara de interesada intelectual (fruncir el ceño y asentir).
El Gé en dulces sueños no dejó de tocar la música sagrada del sueño...ante la mirada de una señora a la par mía hice mi cara de indignación (negar con la cabeza, apretar los labios y levantar las cejas... como diciendo..."quien sera el que ronca impunemente...?)
Mi Gé se despertó en un silencio de la música. Me miró y me dijo en secreto: "...qué buenos que son, no...? entré en trance..."
Pude llegar a decirle que sí. que entró en trance... pero que roncaba muuuuy fuerte
a lo que el me respondió: si?? pero al menos ronqué a ritmo???
exploté en una risa reprimida hacía más de una hora a lo que Ge me abrazó para ahogarla... ahogándome a mí.. Cuanto más trataba de parar, mas reía... Ge más me abrazaba... y le hacía gestos a la señora de al lado como que yo estaba llorando... conmovida por la experiencia...
Me dijo al oído... Queres que nos vayamos?
asentí con la cabeza.
Me llevó con mi cara ahogada en su axila caminando...
Alguna gente creyó que tan fuerte había sido para mi, como para llevarme al borde del desvanecimiento...
Al llegar a una gran roca me senté y reí reí y reí a lo que un chiquito gordito se me acercó y me preguntó en cordobéeees: "Che... qui los vieeejos esoo' haaacen reeír....???" Le negué con la cabeza en el mismo momento que el Ge se daba cuenta que no lo seguía, que estaba al borde del desmayo, que el gordito gritaba riendose... "ja ja!!! los viejos esos hacen reir como en el circo...", y yo no podia callarlo... fu ahí que llegó el Ge... y me dijo:
"Ay mi amor.... no se puede hacer ninguna experiencia espiritual con vos...."
Nos fuimos a merendar. Hicimos dedo. Nos levantaron los señores que estaban sentados al lado nuestro en los cuencos...
Nunca sabremos por qué nos alzaron... habrá sido nuestra espiritualidad....